"No me siento bien en este lugar", "el alquiler está muy caro", "¿y ahora para dónde?", pueden ser algunos de los pensamientos que corren por la cabeza de una persona que en algún punto de su vida ha vivido o vive en arriendo, y aunque no todas las experiencias son iguales y algunas sean mejores que otras, lo cierto es que no hay nada como tener tu hogar propio.