Pablo nos exhorta a seguir el ejemplo de Abraham y descubrir que nuestra fe en Cristo no se basa en nuestras obras, incluso si son piadosas, sino en la entrega de nuestra vida a Dios, utilizando nuestra inteligencia, voluntad y libertad, lo que nos permite aceptar las promesas de Dios. El evangelio nos motiva a vivir nuestras vidas en Cristo, incluso en tiempos de dificultad y persecución, dando testimonio del amor que Jesús tiene por nosotros y confiando en la guía y fortaleza del Espíritu Santo. ¡Señor, danos la gracia de ser valientes en la prueba!