La estafa o timo del CEO (director general en inglés) se empezó a popularizar hace unos años. El modus operandi habitual, hasta la aparición de la IA, consistía en que el estafador mandaba un mail a un empleado de una gran compañía, normalmente el encargado de las finanzas, solicitando una transferencia. Se hacía pasar por el CEO para conseguir credibilidad. Eso era todo hasta la aparición de los programas de creación de voz y de imagen sintética con inteligencia artificial.