Más allá de la urgencia sanitaria, el episodio de peste porcina de Cataluña, el primero desde 1994, pone el foco en un fenómeno que crece desde hace dos décadas: la explosión demográfica de los ungulados en Cataluña y en el conjunto del país. Hoy, el número de jabalíes se ha cuadruplicado hasta rondar los dos millones, y no es una excepción. Las poblaciones de corzo, ciervo y otras especies de caza mayor han aumentado hasta un 500%, según el reciente informe «Evolución histórica de las especies de caza mayor en España, distribución y siniestralidad» de la Fundación Artemisan. Un escenario, dicen desde la Fundación, que altera los ecosistemas, puede suponer un problema para la conservación y la compatibilidad con otras especies y con actividades humanas, y amplifica riesgos sanitarios y económicos. «En su conjunto, las especies silvestres fueron responsables del 78,35% del total de accidentes registrados con animales. Los daños agrícolas alcanzaron en 2024 un impacto económico de 1.799.327 euros en una superficie total de 26.617 hectáreas», detalla el informe.