La llegada a las costas gallegas de cientos de pélets de plástico es solo la punta del iceberg de lo que esconde el mar. Según datos de la Comisión Europea, al año se pierden en el medio ambiente unas 160.000 toneladas de estos pequeños polímeros. De hecho, el vertido se considera una de las mayores fuente de contaminación ya que la granza es la materia prima con la que se crea el 98% de los plástico.
Sin embargo, no es la única. Los micro plásticos (una de las versiones más pequeñas de los polímeros ya que miden entre 1 y mil micras) están en todas partes; se han detectado en zonas no habitadas y alejadas, como la Antártida o la cima del Himalaya, y están presentes en el aire y en la comida.
Hace unos días, se hacía público un estudio de un grupo de investigadores de las universidades de Chicago y Rutgers (EE UU) que afirma que de media por litro de agua se encuentran 240.000 partículas de nanoplástico (de 1 a 1.000 nm). Se han analizado tres marcas, no dicen cuáles, pero estiman que en todas las aguas embotelladas se encuentra concentraciones similares de nanoplásticos.