La nueva película de Alejandro Amenábar, Regresión, refleja la obsesión evangélica con las sectas satánicas. El fenómeno nace en Estados Unidos en los años 80 y 90, cuando se llega a producir un síndrome que se denomina de falsos recuerdos de abusos rituales (ARS), sobre el que se han hecho bastantes estudios. Seis años después de Ágora, algunos pensarán que el director hispano–chileno vuelve a la carga contra el cristianismo, pero lo interesante de esta historia es que convergen la ciencia y la religión, y las dos cometen errores.