En el lienzo del tiempo, un año aparece,
con metas y sueños que el corazón estremece.
Resoluciones tejidas en el telar del destino,
2024, un año nuevo, un comienzo divino.
Primero en la lista, ser la mejor versión,
caminar hacia adelante, sin temor ni confusión.
Cuidar la salud, con ejercicios y buena comida,
ser fuerte y vital, toda la vida querida.
En el trabajo, desafíos como capítulos de un libro,
metas profesionales, como estrellas en el cielo fijo.
Cada esfuerzo cuenta, un paso a la vez,
en la carrera laboral, avanzar con interés.
Las relaciones, como un jardín que florece,
amistades y amores, como un regalo que enriquece.
Puentes construir, con palabras y gestos,
conectar con otros, entre risas y pretextos.
En las finanzas, como un río que fluye,
ahorros y metas, como una melodía que se construye.
Guiar ese río sabiamente, hacia un futuro estable,
cosechar frutos sólidos, en un mundo amable.
La comunidad, un lugar para sembrar,
voluntad y servicio, como semillas que germinarán.
En la comunidad actuar, pequeños actos sembrar,
transformar el mundo, amor compartido irradiar.
Crecimiento emocional, como un sendero sin final,
séptima resolución, aprender en cada vendaval.
En el espejo del alma, el progreso se reflejará,
un poema de logros, el 2024 lo mostrará.
En estos parrafos sencillos, estas resoluciones quedan,
un camino trazado, con esperanzas que se expanden.
Que el 2024 sea un año de logros cumplidos,
un poema en la vida, con versos compartidos.