No tiene remedio el marido de Begoña Gómez.
En su esperpéntica farsa monclovita, mintió hasta en el saludo, pues empezó con un “buenas tardes” a las once de la mañana.
No hay paisano más plasta que el que prologa las frases con el manido ‘ya te lo decía yo’, pero considero inevitable subrayar que les anuncié -cuando apareció en Twitter la epístola de Pedro el Llorón a los gilipollenses– que esto iba de paripé.
Entiendo que la maniobra de visitar al Rey, supongo que para contarle que está muy enamorado de Begoña, confundiera a alguno.
Cabía la remota posibilidad de que el jefe del PSOE optase por ir a elecciones este verano, pero se ha confirmado lo obvio: le gusta el Falcon más que a un tonto una tiza y se agarrará al cargo como guacamayo a la percha.