Nos dio el otro día, a cuenta del Rey de España y de la infame Ley de Amnistía, un fuerte tirón de orejas Federico Jiménez Losantos.
Tenía razón el puñetero Federico.
En contra de mi naturaleza, en lugar de cortar en seco a Bertrand Ndongo y resto de la banda, por eso de parecer un jefe comprensivo y tolerante, les deje soltar unas cuantas barbaridades sobre el Monarca.
Y al final, en ‘El Pentagrama’, que es un programa estupendo, dimos la impresión de sumarnos a esa inquina contra la Monarquía, que practican el PSOE y sus colegas de la Coalición Frankenstein.
Mi padre, que tuvo 9 hijos y era un tipo tan estricto como inteligente, solía decir que ha salvado más vidas una hostia a tiempo que le penicilina.