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Ahí lo tienen.No satisfecho con las tres semanas largas de tumbona en La Mareta, el tipo enfila hacia Andorra, ordena bloquear una planta completa del lujoso Hotel Hermitage y a disfrutar de la vida a cuenta del sufrido contribuyente.Acompañado, eso sí, de su pentaimputada esposa y de una legión de guardias civiles, no vaya a ser que algún ciudadano indignado se acerque y entone a su vera la canción del verano. Esa que tiene una sola estrofa y un único estribillo: “¡Pedro Sánchez, hijo de pvta!”.
By Periodista DigitalAhí lo tienen.No satisfecho con las tres semanas largas de tumbona en La Mareta, el tipo enfila hacia Andorra, ordena bloquear una planta completa del lujoso Hotel Hermitage y a disfrutar de la vida a cuenta del sufrido contribuyente.Acompañado, eso sí, de su pentaimputada esposa y de una legión de guardias civiles, no vaya a ser que algún ciudadano indignado se acerque y entone a su vera la canción del verano. Esa que tiene una sola estrofa y un único estribillo: “¡Pedro Sánchez, hijo de pvta!”.