La profa y artiste colombiana Ana Cox conversa a calzón quitao sobre las preguntas que han tocado a su puerta desde que ella, siendo ciclotímica, empezó a construir una relación amorosa con una mujer autista.
En este episodio exploramos cómo ambas han decidido tejer caminos para reivindicar que las personas neuro-divergentes y psico-divergentes… ¡por supuesto que tienen derecho a amar!
Advertencia de contenido: Aquí abordamos temas sensibles como la depresión y las ideaciones suicidas. Si tú o alguien que conoces necesita ayuda frente a estas cuestiones, por favor no dudes en llamar a tu agencia local o nacional de atención en salud mental.
Puedes encontrar una lista de las agencias que se ocupan de ello en Colombia consultando este enlace: tinyurl.com/LineasDeApoyoCO (disponible en español). Aparte, en este otro enlace hay una lista de líneas internacionales de prevención del suicidio: https://w.wiki/55gB (disponible en varios idiomas).
Transcripción: https://bit.ly/ATK-T5E6
Quienes locutan: Nicolás Torres.
Voces acompañantes: Carolina Rueda, de Colombia, y Luis Vitto Gala, de México/Estados Unidos de América.
Producción sonora: Edgar Guasca.
Personas invitadas en el episodio: Ana Cox (mujer psico-divergente y orgullosamente lesbiana de Bogotá, Colombia. Profesora, correctora de estilo, artiste y cantante).
Agradecimientos: a Carmen Gómez, Israel Niño, Marieth Serrato, David Jiménez, Jerónimo Sierra y Pedro Adrián Zuluaga, por el cariño y la generosidad con que abrazaron a Fernando y a su apuesta por encender, sin descanso, el camino de los Amores rabiosos y soñadores.
Y, muy especialmente, a Juan Felipe Torres (MolanoMemorias en Facebook) y a todus cuantus, como él, persisten en avivar a Fernando leyéndole y recordándole. Gracias, porque esas juntanzas hermosas viven cambalacheando esperanzas con la muerte.
Notas extra: Este episodio está dedicado, desde una querencia inabarcable y revolucionaria, al escritor colombiano Fernando Molano Vargas—a quien, de infinitas maneras, se debe la historia que aquí contamos.
Con esta historia también intentamos hacer un homenaje profundo a la pareja de Fernando, Hugo Diego Molina. Así como un canto de enorme agradecimiento para todas las personas que les han acompañado a ambos por el Río, tanto antes como ahora.