Como las emociones son inevitables, lo más recomendable es que aprendamos a discernir, que hacen éstas en nosotras y de qué manera las estamos afrontando en el mismo instante que las sintamos.

Nuestras emociones tienen el poder de impedir que nos adentremos al rio de Dios, solemos soltar la mano del Espíritu que él ha puesto en nosotros porque le tememos a los procesos que nos adentran a tener que reconocer emociones dañinas que están dentro del rio de nuestro corazón.

Wao, tu día, tiene nombre y lo decides vivir con un corazón expectante de lo que Dios ha dicho que hará. Con tremendas cosas Dios te sorprenderá cuando decides vivir un día a la vez en su presencia.

Amada si sientes que no tiene fuerzas, te preocupa que pasara mañana.  No tenemos la respuesta, pero si podemos tener la confianza de depender de Dios hoy.  El prométeme sostenerme con su mano derecha hoy, prometió que no me dejaría y   no me desampararía.

No dejes de hacer Amada, lo que Dios te está diciendo que hagas en este día, ve a su presencia y restaura tu relación con El, un día a la vez.

Sí, Jesús es Tu Buen Pastor, y con Él “nada te faltará”. ¡Es tu promesa también! Nada te faltará… ¡nada! Él tiene cuidado de ti porque te ama, y Él provee un día a la vez tus necesidades.

Dios nos invita a vivir un día a la vez una vida marcada por el gozo.

De mañana me presentaré delante de ti y esperare un día a la vez.

Un día a la vez dispongo mi corazón y en su presencia experimento milagros.

Necesito conocerlo y depender de Él un día a la vez.