Dios como principio de amor es incambiable. Como el sol, nunca deja de brillar. Nada lo altera, siempre es y siempre será. En este viaje espiritual, RevAna nos lleva a entender que es uno de nuestros poderes y que, no importa qué, amamos y perdonamos. No abandonemos el sendero del amor y la compasión.
Dios como principio de amor es incambiable. Como el sol, nunca deja de brillar. Nada lo altera, siempre es y siempre será. En este viaje espiritual, RevAna nos lleva a entender que es uno de nuestros poderes y que, no importa qué, amamos y perdonamos. No abandonemos el sendero del amor y la compasión.