Teremike intenta darle respuesta, desde su propia experiencia, a dos preguntas: ¿Se puede ser activista de la disidencia sexo genérica y creyente? y, ¿Cómo iniciar la reflexión teológica desde uno mismo, desde las estructuras de opresión que experimentamos? Es una invitación a hacer de nosotrxs mismxs un territorio político, teológico y de lucha.