La pregunta de los fariseos sobre el divorcio en Marcos 10 proporciona a Jesús una oportunidad para remontar la discusión acerca del diseño divino del matrimonio. Aunque la ley de Moisés permitió el divorcio debido a la dureza del corazón humano, esto no era parte del plan original de Dios. Se destaca la importancia de recibir el reino de Dios con la humildad y confianza de un niño al recibir y depender de la gracia Divina.