En este estudio de Romanos 3:25 profundizamos en una de las verdades más gloriosas del Evangelio: Cristo es nuestra propiciación, el sacrificio perfecto que satisface la justicia de Dios y apaga su justa ira contra el pecado.
Exploramos qué significa “propiciación”, por qué era necesaria, y cómo Dios mismo proveyó en Cristo el medio para reconciliarnos con Él. Este versículo nos lleva al corazón del plan redentor: la cruz como acto supremo de amor y justicia.
Acompáñanos mientras meditamos en la obra de Cristo, la paciencia de Dios al pasar por alto los pecados anteriores y la seguridad que tenemos hoy en la gracia manifestada en Jesús.