El profeta Eliseo es un claro ejemplo de cuando algo parece perdido. Él ya había muerto y aún le faltaba un milagro por hacer, dado que él pidió tener la doble porción del Profeta Elías el cual realizó la primer resurrección bíblicamente registrada, y Eliseo solo había realizado un milagro de resurrección que fue el hijo de la mujer de Sunem, hasta ese momento todo parecía perdido, pero Dios se tenía guardado algo, y es un milagro donde a un hombre que también estaba muerto le tiraron sus huesos en la tumba del Profeta Eliseo (2 Reyes 13:21) y donde todo parecía perdido se da el doble milagro, Eliseo cumplió su propósito y el otro hombre recibió un milagro de resurrección, de esto trata el podcast que Kimberly Aristondo nos comparte.