Este es un tema un poco polémico por la forma en que vemos a Dios y por la forma en que también nos enseñaron a verlo. Lo hemos hecho responsable de nuestras desgracias más que de nuestras dichas y termina siendo un concepto doloroso derivado de la imagen que tenemos: “un Dios castigador, que a su antojo a decidido sobre nuestras vidas, sin escucharnos o cumplirnos”. Pero creo que va mucho más allá de esto. Aquí les comparto mi pensar (aunque no niego que cuando de planes del alma se trata, es difícil entender completamente).