¿Por qué nos cuesta tanto decir que no? Hay emociones, valores y creencias culturales que muchas veces nos impiden hacer esta declaración tan simple y precisa. Saber decirla es esencial para poner límites, cuidar tu energía y no exponerte a situaciones a las que no deberías, ya sea en tu vida personal como en la laboral. Por eso en este capítulo te invito a desarrollar tu capacidad de ocuparla, sin miedo, sin culpa y de manera asertiva.