Aprendí a pausar… y en la pausa, me encontré. No fue rendirme, fue respetarme. A veces, lo más valiente que puedes hacer por ti misma es pausar. Verificar tu vida, reconocerte, encontrarte. Y construir desde cero, pero esta vez… con Dios como norte.
Aprendí a pausar… y en la pausa, me encontré. No fue rendirme, fue respetarme. A veces, lo más valiente que puedes hacer por ti misma es pausar. Verificar tu vida, reconocerte, encontrarte. Y construir desde cero, pero esta vez… con Dios como norte.