Llegó sola a la desembocadura del Ebro, sin que se supiera desde dónde, y acompañada de dos velas que nunca se apagaban.
Y flotando por el río llegó hasta Velilla de Ebro donde ya se quedó. Tocaba sola, sin que nadie supiera cómo, y durante siglos anunció muertes, guerras, otras desgracias y de vez en cuando alguna buena noticia. ¡Hoy hablaremos de la historia de la famosa campana de Velilla!