En una granja aislada en Alemania, seis personas, incluidos niños, fueron brutalmente asesinadas con un azadón. El asesino vivió en la granja durante varios días después de los crímenes, alimentando a los animales y cocinando.
El caso nunca se resolvió, y hay teorías que involucran a vecinos, familiares e incluso fuerzas sobrenaturales. La naturaleza aislada del crimen y la falta de respuestas lo hacen especialmente inquietante.