Audiolibro: Oro envuelto en harapos: Autobiografía de Ajahn Jia Cundo por Ajahn Dick

Atardecer... Capítulo 10 de 'Oro envuelto en harapos: Autobiografía de Ajahn Jia Cundo'


Listen Later

PDF @ https://forestdhamma.org/books/espanol-spanish-books

Ajaan Jia regresó de la cueva de Chaang Rawng habiendo tomado una decisión sobre su futuro papel en la Sangha del bosque, pero sin un plan sobre cómo llevarla a cabo. Sin embargo, su viejo amigo, Ajaan Mahā Boowa, ya estaba un paso por delante de él. Un antiguo discípulo laico suyo había comprado recientemente un terreno en la provincia de Pathumthani y le había ofrecido la propiedad con la esperanza de que construyera un monasterio del bosque en el lugar. Cuando los dos ajaan se reunieron de nuevo en 1984, Ajaan Mahā Boowa ya había decidido que Ajaan Jia era el único monje en quien confiaba para dirigir el proyecto y llevarlo a buen puerto. No sólo creía que había llegado el momento de que Ajaan Jia tuviera su propio monasterio, sino también que su carácter tenía el rigor y la determinación necesarios para transformar un terreno de las tierras bajas centrales de Tailandia en un monasterio del bosque al estilo de Ajaan Mun. Para honrar a su venerado maestro, Ajaan Jia decidió llamar al nuevo monasterio Monasterio del Bosque Bhūridatta Paṭipadārāma, siendo Bhūridatto el nombre formal de ordenación monástica de Ajaan Mun.
Tanto Ajaan Mahā Boowa como Ajaan Jia habían arriesgado sus vidas al servicio de Ajaan Mun y sus enseñanzas. Compartieron esa experiencia inspiradora y comprendieron sus cualidades transformadoras. Entre aquella generación de discípulos de Ajaan Mun, Ajaan Mahā Boowa había sido uno de los que más había conseguido reproducir la intensidad y el rigor del entrenamiento en la naturaleza dentro de los confines de un centro monástico establecido. Ajaan Jia accedió a echar raíces en Pathumthani con la condición de que Ajaan Mahā Boowa prestara su fuerza y consejo para poner en marcha el proyecto.
En 1984, Ajaan Jia trasladó su viejo y dolorido cuerpo a Pathumthani, donde planeaba arrastrar a una nueva generación de monjes del bosque—pateando y gritando—de vuelta a las viejas costumbres del entrenamiento dhutaṅga. Pero primero tenía que construir la infraestructura básica para una comunidad monástica funcional. El terreno que le habían ofrecido medía unos cincuenta acres en total. Gran parte de la propiedad estaba cubierta por un bosque de pinos en el que abundaba el follaje espeso y la maleza era limitada. Una pequeña parte eran pastos. Otra sección estaba formada por arrozales en barbecho, donde los muros de barro que retenían el agua de lluvia necesaria para el cultivo del arroz seguían los contornos del terreno en grandes patrones rectangulares. Esos muros bajos de tierra también servían de pasarelas elevadas entre los campos. El terreno abierto estaba bordeado en dos de sus lados por un canal poco profundo.
Sin duda, el entorno tenía potencial, pero habría que trabajar mucho para convertirlo en un espacio viable para la vida monástica. Con la ayuda de los devotos locales, Ajaan Jia se puso manos a la obra, construyendo primero una sencilla residencia para el abad: una pequeña cabaña de bambú situada al borde del bosque de pinos. La construyó con cuatro postes de madera que sostenían un suelo elevado y un tejado de paja hecho con hojas de coco. Las paredes estaban formadas por viejas y raídos hábitos de monje colgados como cortinas para proteger los cuatro costados. Desde esta plataforma fresca y ventilada, Ajaan Jia observó las tierras de labranza que tenía delante y pensó en cómo incorporar los espacios abiertos al plano general del monasterio para que el bosque de pinos que tenía detrás no pareciera una isla rodeada por un mar de campos domesticados.
Afortunadamente, un grupo de dedicados ingenieros se ofreció voluntario para ofrecer sus servicios. Junto con Ajaan Jia, elaboraron planes para rellenar las partes hundidas de los arrozales entre los muros de barro con tierra compactada, nivelando así la superficie del terreno para que el agua que no se hundiera en el suelo escurriera hacia los canales en lugar de acumularse en los campos...


...more
View all episodesView all episodes
Download on the App Store

Audiolibro: Oro envuelto en harapos: Autobiografía de Ajahn Jia Cundo por Ajahn DickBy Audiolibros Dhamma del Bosque