“A este Álvaro de la Fuente, definitivamente, se le ha ido la cabeza, pero, ¿qué demonios tendrá que ver Napoleón con el flamenco?”, seguro que muchos de vosotros, alarmados, estaréis gritando esto en estos momentos. Que no cunda el pánico. Voy a intentar explicarme si os atrevéis a escucharme durante algo más de un minuto y medio.