En 2005, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad fue llamado ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para explicar su determinación de desarrollar armas nucleares. Terminó su discurso con esta oración a Alá: “Te ruego que aceleres el surgimiento de tu último depositario, el prometido, ese ser humano perfecto y puro, el que llenará este mundo de justicia y paz”. El “prometido” en la oración de Ahmadinejad era una referencia al Duodécimo Imam, una figura en la enseñanza chiíta que es paralela a la figura de Al-Mahdi en la enseñanza sunita. En esencia, ambos títulos se refieren al mesías islámico que aún está por llegar.