El contrabajista israelí regresa con un
álbum grabado con la complicidad de Lars Nilsson como coproductor y una mirada
reflexiva sobre el universo que le rodea a estas alturas de su ya dilatada
carrera. Es su trabajo número 17 y aquí despliega ya desde el título del disco
una nostalgia magnética que impregna cada nota y sonido de principio a fin. Una
colección concreta y breve de nuevos temas magníficamente escritos y
registrados que convierten a su nuevo trabajo en favorito estival en Gladys
Palmera.