El que habita al abrigo del Altísimo morará baja la sombra del Omnipotente. Salmo 91:1. Sería importante no perder de vista cuando leemos este versículo que pensemos que Dios es nuestra sombra a la mano derecha, porque esto es n símbolo de que el descanso, la protección y el alivio que nos asegura su constante sombra no hace acepción de personas ni de circunstancias.