A veces, lo más fascinante del universo no grita. Susurra.
Hay galaxias que arden con furia, que exhiben brazos espirales como fuegos artificiales cósmicos. Y luego están las otras. Las que no buscan protagonismo. Las que parecen dormir… hasta que te acercas, y descubres que bajo esa calma aparente, late un corazón en movimiento.
NGC 5866, la galaxia Huso, es una de ellas.
Desde la Tierra, se presenta como una línea de luz delgada y elegante, suspendida en la oscuridad. Casi invisible, casi muda. Pero si sabemos escuchar —si miramos en las longitudes correctas— descubrimos que este hilo de estrellas no está quieto. Está respirando. Más información en: https://bajolasestrellas-astrofotografia.blogspot.com/2023/06/m-102.html