50 – Incorruptible e inmortal es la victoria
1 Corintios 15:53-58
“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.”
1.Pablo concluye todo este grandioso capítulo 15 que habla de la resurrección indicando que al final los creyentes recibiremos un cuerpo que no será más corrompido por el pecado, y por tanto nunca será afectado por la muerte, sea que lleguen a ser resucitados después de la muerte o que sean milagrosamente transformados. (v. 53, 54)
2.Al ser “sorbida” o destruida “la muerte” hallamos la “victoria” de Dios en favor de los creyentes (v. 54b; Comp. Is. 25:8). La muerte ya no existirá más porque será el último enemigo destruido por el Señor (v. 26).
3.Por tanto, Pablo pregunta a la “muerte” y al “sepulcro” dónde está su soberbia de creerse incontenibles, ya que la muerte hallaba el poder en el pecado, quien por obrar poderosamente sobre el hombre le lleva a desobedecer a Dios, y así, caer en el castigo de la muerte (Ro. 6:23; Stg. 1:15), y el pecado toma poder en la ley del Dios, ya que el hombre en pecado quiere por naturaleza desobedecer a Dios, y al leer la Ley halla propósito de desobedecer (v. 56).
4.La victoria es dada por Dios por medio de nuestra fe en Jesús, por eso no hay enemigo que nos atormente ni nos desaliente, por eso debemos mantenernos “firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor” porque lo que hacemos tiene recompensa eterna, “no es en vano”. (v. 58)
La enseñanza de la resurrección nos alienta a mirar hacia lo eterno. ¿Podría imaginarse una vida finita, sin esperanza de una eternidad? Que terrible sería. Lo cierto es que sí hay resurrección y sí hay eternidad, y esto nos motiva a mirar hacia lo que está por venir.
Con la resurrección se elimina todo pecado, toda corrupción, toda malicia, todo mal. Se derrota a la muerte y se da paso a una nueva vida, con nuevas condiciones de existencia, libres de mal, dolor, deterioro y muerte.
Todo lo que está por venir nos da motivos para vivir sirviendo al Señor. Todo lo que hagamos tendrá impacto eterno cuando lo hacemos bajo la voluntad de Dios, y por ello es importante vivir en función del futuro, y no solo de este presente, del cual nada llevaremos, ¡literalmente nada!
Bien lo dice J. MacArthur en su comentario: “La esperanza de la resurrección hace que todos los esfuerzos y sacrificios en la obra del Señor valgan la pena. Ninguna obra hecha en su nombre es desperdiciada a la luz de la gloria y la recompensa eterna” - (Biblia de Estudio MacArthur). Así que le animamos a meditar en lo que puede hacer para impactar la eternidad.
En primer lugar, vivamos predicando el Evangelio, sobre la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Defendamos con valor la resurrección de Cristo y alentemos a que otros busquen el perdón para que no vayan a la condenación. Vivamos santamente, reflejando lo que creemos en cuanto a Dios y a la vida eterna; y con esa mentalidad, sirvamos al Señor que es digno de nuestra adoración, mientras impactamos eternamente la vida de otros con nuestro amor, servicio y testimonio.
«La resurrección de Cristo trajo la derrota sobre la muerte, brindándonos eterna victoria» –Ministerio UMCD–
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