Internet y la digitalización se han convertido en los responsables de que la industria de la música hoy en día no tenga nada que ver con cómo era hace treinta años. "Adiós" a lo físico y "hola" al formato digital, a la posibilidad de tener millones de canciones en un espacio mínimo. La revolución de los formatos y la aparición del MP3, relegó por completo las cintas de casete y los discos a los más nostálgicos y, hoy en día, a aquellos amantes de lo vintage. Llega el nacimiento del streaming y, con él, nuevos canales como Spotify, YouTube Music, Amazon Music o Apple Music, entre otros. Con ellos, además, se abre un nuevo mundo de posibilidades a la hora de medir la repercusión de un artista más allá de los números de sus ventas. Ahora, las escuchas, las descargas o el número de visualizaciones de un videoclip pueden lograr que un artista o banda estén en lo más alto de las tendencias musicales.