La moneda de 20 francos de 1914 se inscribe en el marco de la Unión Monetaria Latina (UML), un acuerdo internacional establecido en 1865 por Bélgica, Francia, Suiza e Italia (más tarde se unió Grecia) que estandarizó las monedas de plata y oro para facilitar la circulación monetaria. Bajo los términos de este tratado, cada país miembro acuñó una unidad monetaria nacional: los francos franceses, belgas y suizos, la lira italiana y las dracmas griegas, las cuales debían compartir el mismo valor, peso y ley para poder ser intercambiables entre sí.