de Berwyn podría haber sido la de tantos otros hijos de la diáspora

latinoamericana perdidos en el anonimato de una gran ciudad europea: el desarraigo, la falta de

oportunidades, la pobreza, la áspera realidad de la vida en la calle. Y así

fue, hasta que en 2020 este artista que nació en las islas caribeñas de

Trinidad y Tobago y se mudó con nueve años a Londres, apostó todas las cartas de

su futuro a la música. Al año siguiente, con el fascinante ‘Demotape/Vega’

como carta de presentación, se coló en la influyente lista de BBC Sound Of

entre las grandes promesas de 2011. Y no defraudó.

Con este

ambicioso segundo álbum, editado por Sony, deja atrás las comparaciones de

sus inicios (Sampha, James Blake) para ganarse un nombre propio en la nueva

escena del híper competitivo hip hop británico. Su propuesta se sostiene sobre

unas letras confesionales, puro intimismo y desgarro, que crecen con unas

bases hipnóticas y sobrecogedoras, inspiradas en las últimas corrientes del

soul y el r&b.

Su música

suena tan rota como estos tiempos heridos, su alma en añicos flota entre brumas

sintéticas mientras su

voz (poderosa, melódica, especial) recorre estampas de una vida como tantas

otras que logró salirse de la rueda y marcar su propio camino. Ese camino

llevará pronto a Berwyn a galaxias sólo al alcance de unos pocos privilegiados.

José Fajardo