En este pasaje, quisiera creer, que Dios nos habla de aprovechar cada momento de nuestras vidas, cada amanecer es una nueva oportunidad para ser felices, y no desperdiciarla. Y es que pronto llegará el ocaso de nuestras vidas, y las dificultades propias de la vejez, que se apoderará de nuestro cuerpo frustrando aquellas metas que quedaron por cumplir.