Desde el principio del proceso independentista de lo que hoy es la República Argentina se vio la necesidad de contar con moneda propia, lo cual se concretó con sendas series acuñadas en 1813 y 1815, durante la ocupación de Potosí por parte de las tropas de Buenos Aires. Sin embargo, perdido definitivamente el Alto Perú, luego de la batalla de Sipe-Sipe, el circulante quedó reducido a las escasas piezas mencionadas junto con el remanente de monedas virreinales aún en circulación.