Buscar a Dios, conocerlo, disfrutarlo como Padre, escuchar su voz, estar dispuestos a obedecerle, constituye la más alta garantía de que Él estará con nosotros, que nunca nos dejará, que saldrá por nosotros cada día.
Buscar a Dios, conocerlo, disfrutarlo como Padre, escuchar su voz, estar dispuestos a obedecerle, constituye la más alta garantía de que Él estará con nosotros, que nunca nos dejará, que saldrá por nosotros cada día.