A quienes sigan intentando limitar la frecuencia sonora
que corre por las venas de CA7RIEL definiéndolo como “trapero”, dejadme deciros
algo: JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJA.
No va a hacer falta que lo diga nadie más que el propio
Catriel Guerreiro, que, tras un álbum (“xCVE7Ex”) y dos EPs (“POVRE” y “LIVRE”)
iniciáticos que nos presentaba a una rara avis que acabó absorbiendo el circuito
urbano con la expansión global que tuvo su alianza con Paco Amoroso con canciones
tan amorfas como líquidas tanto para la música urbana como para el nuevo pop (desde
“OUKE” o “Cono hielo” a “Ola mina XD” o “Jala jala”), presenta un álbum en
donde condensa todos los CA7RIEL que caben en CA7RIEL.
“EL DISKO” toma cierta distancia de todo lo que ha hecho
hasta ahora. Él mismo lo dijo en sus redes sociales cuando anunció la publicación
del álbum, pero en la poco más de media hora que dura su nuevo repertorio queda
claro que CA7RIEL se distancia prácticamente de cualquier circuito, a la vez
que consigue condensar un marco de referencias que lo han acompañado a lo largo
de los años. Desde el funk al metal, del jazz-soul al trap, de la cultura
rock al nuevo pop. CA7RIEL suena como un solo de Rata Blanca con una línea de
bajo de Faith No More y a Serú Girán haciendo versiones de King Krule.
Tanto cuando se acerca al future funk de Prince o los
Illya Kuryaki & the Valderramas a los que tanto se los ha comparado a él y a
Paco Amoroso (queda bastante clara esta influencia en canciones como “U.U” o “BAD
BITCH”, pero con unos bajos ultra endemoniados), como cuando parece capturar
ecos del Luis Alberto Spinetta de Invisible (en “Nunca me atiende”), cuando se
acerca a una suerte de rave industrial de conexión ñumetalera (“KEYHOLE”), suena
único.
Pero también lo es cuando samplea el “Lucy in the sky
with diamonds” de The Beatles como intro inesperada (“MUY BIEN”) como recupera
el espíritu del groove de las jam sessions de corte jazz-soul desde el lado más
amorfo del pop (“SHIPEA2” o “Souvenir” son sus ‘lentos’) o cuando firma casi
micro-operetas de sonido progresivo, a medio camino entre Frank Zappa, Young
Thug, Tool y The Weeknd (“SIN SUBLOW” o “POLVO”). Una máquina imposible de
parar en movimiento. Un dinamitador y multiplicador de personalidades tan
inabarcable como necesario para el nuevo sonido pop.
Alan Queipo.