Un violín, un acordeón cromático y una joven dupla que
busca reivindicar que la música de baile se puede recuperar desde la crudeza de
la música tradicional instrumental. Ese es el espíritu que
resuena en “Aire!”, el flamante debut de Caamaño & Ameixeiras, el joven dúo
compuesto por Sabela Caamaño al acordeón y Antía Ameixeiras al violín y la voz.
Tres años llevan Caamaño & Ameixeiras remodelando y
resignificando los códigos de la música tradicional gallega. Pero es ahora, en
su álbum debut, que las jóvenes artistas de Oza dos Ríos y Laxe han conseguido
modelar un repertorio que, más allá de que cuente con algunos nombres ilustres
a la producción (Diego Galaz, mitad de Fetén Fetén) o colaborando en algunas canciones
(desde los propios Fetén Fetén hasta Sílvia Pérez Cruz o el arqueólogo sonoro
Abraham Cupeiro, entre otros), lo más interesante de “Aire!” reside precisamente
en el imaginario absolutamente desprejuiciado y polifónico que crean.
En las once canciones de su debut, las gallegas nos
llevan de paseo tanto por las profundidades de la tradición gallega (como
el tributo al Cego dos Vilares en “Florencio” o el “Maneo de Cambre” que
reconstruyen junto a la voz de Sílvia Pérez Cruz y el clarinete de Carola Ortiz)
pero también por algunas fugas y excursiones que conectan la raíz tradicional
galaica con miradas marítimas (“Transatlántico”), tics casi balcánicos
(“Buchimitsa”) y hasta coplas tradicionales con aire de balada de una
profundidad y una emoción brutales (“Se Souberas”).
Y más allá de que la comparación con Fetén Fetén es
inevitable, y en momentos suenan casi como una versión alternativa a ellos, “Aire!”
es un debut estimulante y que nos presenta a Caamaño & Ameixeiras no solo como
un dúo absolutamente necesario para recodificar la tradición, sino también la
perspectiva que tenemos en el siglo XXI de cómo debería sonar una música de
baile que mire a la raíz. Ellas reivindican la que se bailaba en los
pueblos hace un siglo, con un violín y un acordeón: canciones festivas y
bailongas como “Alegría dio’la Dea!”, “La bal de la Marine”, “Vals de Pasmar” o
“Aire!”. Y nosotros las reivindicamos a ellas, claro.
Alan Queipo