No pierdan, pues, su confianza, porque ella les traerá una gran recompensa. Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir así lo que él ha prometido. HEBREOS 10.35–36, DHH
Señor, estoy agotado, pero confío en ti y te obedezco. Sé que tú intervendrás. Te agradezco por enseñarme a tener mayor fe. Amén.