Dentro de América Latina, Costa Rica es uno de los países principales de destino de migrantes. Desde el 2015, han surgido nuevas dinámicas a raíz de la diversificación de los flujos migratorios, dado la llegada de refugiados, migrantes estacionales y permanentes y migrantes extracontinentales que transitan por el país en ruta hacia destinos más al norte. Con un número creciente de venezolanos, migrantes extracontinentales, y más recientemente un aumento en las llegadas de nicaragüenses, el sistema migratorio costarricense ha enfrentado mayores presiones de capacidad. Las llegadas también han puesto a prueba la aceptación de los migrantes por parte de la sociedad en medio de la pandemia de COVID-19, que ha agotado los recursos gubernamentales y ha presentado desafíos para los migrantes. Sin embargo, la migración ofrece oportunidades y Costa Rica podría beneficiarse de esta afluencia de capital humano si se gestiona adecuadamente.