La Piña Colada Song suena en películas como un himno inocente, aunque en realidad cuenta la historia de un matrimonio infiel. Ese contraste explica el poder de las sincronizaciones musicales: transformar canciones en clichés emocionales o convertirlas en catapultas de éxito.
En este episodio hablamos de cómo funcionan las syncs, desde los derechos de autor que se negocian hasta el trabajo de los music supervisors, que deciden qué temas encajan en cada escena. También repasamos los grandes atajos emocionales de Hollywood —de Fix You a Don’t Stop Believin’— y los casos en los que una sincronización cambió la historia de una canción y de un artista: Kate Bush, Fleetwood Mac, Moby o Nick Drake...
Un viaje entre cultura pop y negocio musical que demuestra cómo veinte segundos de música pueden redefinir una canción y reescribir la memoria colectiva.