Nuestras necesidades reducen nuestras decisiones a meras ataduras que nos impiden amar y ser felices. ¿A qué le has dado poder en tu vida? El poder, genera dopamina, la cual exige más y más, no tiene límites. El hambre de amor (oxitocina) también es enorme, pero a través del amor y compartir nuestra esencia esa sed de infinito queda más satisfecha. ¿Me apego y sobrevivo desde la necesidad instintiva de mi especie? O ¿amo y vivo a plenitud desde el potencial de mi humanidad?