Gastrómada el sinsentido de la gastronomía

Capítulo 148. Recipientes imposibles donde comer y el movimiento "We want Plates"


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Introducción
En la era de la gastronomía como espectáculo y de Instagram como principal escaparate, la presentación de un plato ha adquirido una importancia casi tan relevante como su sabor. La alta cocina, en su incesante búsqueda de la sorpresa y la diferenciación, ha llevado al extremo la experimentación con las vajillas, desatando una verdadera obsesión por los recipientes inusuales. Esta tendencia, que oscila entre la genialidad artística y el puro absurdo, ha generado un acalorado debate entre comensales, chefs y diseñadores. ¿Se nos ha ido realmente la cabeza con los recipientes donde comemos? Para responder a esta pregunta, es necesario explorar las dos caras de la moneda: el movimiento de rechazo a la excentricidad y la visión de los creadores que elevan la vajilla a la categoría de arte.
La rebelión del plato: El movimiento "We Want Plates"
Como reacción a esta escalada de excentricidad, ha surgido un movimiento popular con un nombre tan directo como elocuente: "We Want Plates" (Queremos Platos). Esta cruzada global, nacida en las redes sociales, denuncia con humor e ironía las presentaciones más absurdas y poco prácticas que se pueden encontrar en restaurantes de todo el mundo. Su galería de los horrores culinarios incluye desde patatas fritas servidas en un cubo de basura en miniatura hasta hamburguesas presentadas sobre vigas de acero, pasando por sopas en zapatos o cócteles en bolsas de suero intravenoso [1].
"We Want Plates es la cruzada global contra servir comida en trozos de madera y pizarras, patatas fritas en tazas y bebidas en tarros de mermelada."
El movimiento, que cuenta con más de un millón de seguidores, no solo busca la anécdota divertida, sino que plantea una cuestión de fondo: ¿dónde está el límite entre la creatividad y la funcionalidad? Los defensores de "We Want Plates" argumentan que, por muy original que sea la presentación, la experiencia de comer debe ser cómoda, higiénica y respetuosa con la propia comida. Servir un guiso en una lata de cerveza o un postre sobre un cactus real, como se ha documentado, parece cruzar esa línea, convirtiendo el acto de comer en una performance innecesariamente complicada.
https://www.instagram.com/wewantplatesofficial?igsh=MWhiZHVhZm4xZTNiaA==
https://amp.elperiodico.com/es/vida-y-estilo/20181130/una-empresa-britanica-elabora-bombones-con-la-forma-del-ano-del-cliente-7176803
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