Esta meditación nos lleva a un viaje a través del agua para entender que este planeta que nos contiene es puro amor incondicional, entregado a través de su consciencia femenina llamada Gaia. Gaia tiene una conciencia como la nuestra, igual que todo aquello que nos rodea. Todo respira, existe: la montaña, el mar, las piedras, los animales. Todos somos uno.