Antes de iniciar la Segunda Guerra Mundial, Nicholas Winton, un agente de bolsa salvó a 669 niños judíos de la Guerra consiguiendo permisos especiales para que puedan pasar por los Países Bajos. Esta misión por rescatar al prójimo no fue conocida ni relatada por Winton. Después de 50 años su esposa fue la que encontró los documentos que lo certificaron su proeza.