El cristiano es el hombre o la mujer que está atento y en sintonía con Dios, que lo llama siempre a caminar hacia adelante, en crecimiento constante, y por ello su ánimo siempre es una invitación a los hombres a dejarse alcanzar por Aquel que es el único Amor verdadero. El evangelio nos ofrece el criterio que Dios tiene para valorizar nuestro corazón, en el cual quiere encontrar sencillez y humildad; sólo entonces vendrá a nosotros y revelará su misterio y sabiduría. ¡Señor, purifica nuestras mentes y corazones para valorar a los pequeños de este mundo!