A pesar de llevar despoblado más de 500 años, es un sitio que se resiste a desaparecer totalmente como lo han hecho otras muchas aldeas.

Apenas se mantienen en pie una veintena de casas; otras tantas están en ruina grave y del tercio restante sólo vemos las paredes destruidas en mayor o menor medida.La Avellaneda nunca fue un lugar de mucha gente; en sus mejores momentos se le puede suponer una población de trescientas escasas almas.

Te damos la bienvenida a la piscina natural de castañar de Ibor. Nos situamos en un espacio natural de una extraordinaria calidad ambiental. Estamos hacía la mitad Del Valle, en un lugar tradicional de baños para la población del castañar, siempre considerado por los vecinos donde se acercaban hasta aquí para disfrutar de las aguas del río Ibor y de un espacio fresco todo el día.

Lo material y lo espiritual de un pueblo se resume habitualmente en sus espacios religiosos. De sus maneras, sus estilos, advocaciones, de sus celebraciones y rituales… todo nos enseña a comprender la realidad cultural e histórica de sus gentes. Es lo que ocurre con la Iglesia de San Benito en el Municipio de Castañar de Ibor.

Castañar de Ibor ocupa las tierras medias del Valle del río Ibor, cuando el desfiladero se abre posibilitando lugares idóneos para la vida. Flanqueado por dos enormes montañas con alturas que superan los 1200 metros y orientado al norte.

Este centro es una delicia visual, con experiencias como video en 3d y la cantidad de recursos que dispone, sitúa al visitante en el centro y tenemos la oportunidad de conocer en profundidad este punto de gran interés en la localidad.

El pueblo es el mayor de todos los del valle. También es quizá el que mejor conserva el tipismo antiguo en los barrios. Pequeñas casas que se adaptan como pueden a una orografía difícil. Comparte el encanto de las aldeas de montaña con las formas y servicios propios del momento actual.

Como otras construcciones atribuidas a los árabes en otro tiempo anterior se denominaba por todo el centro sur peninsular la coletilla "de los Moros", muy frecuente, y así mismo en las Villuercas encontramos: Cerro del Moro, Cabeza del Moro, Lagar del Moro...

Se trata de un grabado rupestre. Las obras del camino desplazaron la piedra en las cercanías, dicen… Para explicar este fenómeno la cultura local de Castañar de Ibor acudió a una persona y un toro que cayeron desde las alturas dejando la marca de sus patas en la piedra y recibiendo el nombre de Pisá del Toro.

La herrería de Ibor es lo que queda de un vasto complejo minero muy antiguo que se sitúa en las márgenes del río Ibor. Es tan antigua qué marca las lindes con el vecino pueblo de Navalvillar de Ibor.

Considerado el Tesoro Geológico de las Villuercas, las vicisitudes que ha tenido que pasar esta maravilla para su toma en consideración se asemeja a los grandes problemas que tuvieron los descubridores de las Cuevas de Altamira o Atapuerca.