A Cazzu se le ha quedado pequeño el trap, y
gran parte de su universo. Un universo con unas dependencias a nivel registro
que la considerada “Jefa del Trap” ya había conseguido con ejercicios anteriores;
pero también a nivel mensajes, donde lamentablemente, hay ciertos tics que es
difícil de despegar a nivel discurso: ego, sexo, drogas, hedonismo, nocturnidad
y alevosía.
Afortunadamente, una de las figuras más relevantes del
género en castellano ha decidido que, aprovechando estas semanas de encierro,
también era un buen momento para aprovechar y mirar hacia adentro. Hacia
adentro de su casa y de su habitación, pero también de su propio registro, de
su alma artística y de la genética de su proyecto.
Y desde ahí, conectada en la distancia con una corte de
productores españoles ilustres (Lex Luthorz -mano derecha habitual de artistas
como Rels B-, Choclock -uno de los referentes del r&b canario junto a Cruz
Cafuné- y Dano -desde hace más de una década, cuando militaba en Acqua Toffana,
uno de los iconos de las conexiones entre el rap madrileño underground y las
músicas negras-), pero también encontrando un punto de apoyo conceptual y
feminista en la obra literaria de la icónica poetisa suiza-argentina Alfonsina
Storni.
Sin pretender trazar conexiones veladas entre la música
urbana y la literatura de finales del siglo XIX y principios del XX, sí que Cazzu
abre un canal que invite a la juventud del siglo XXI a interesarse por la
literatura y por las bases del movimiento feminista. Lo hace resignificando
títulos de poemas de Storni en, ahora, títulos de canciones de r&b contemporáneo.
Hasta el título del álbum está inspirado en unos diarios de Alfonsina. Ahora,
esos diarios son los de la intimidad y la sensualidad de una mujer de 26 en
plena pandemia mundial.
Reiniciando la imagen de emo-trapera que impuso su
exitoso “Error 93” y la bola extra de tres canciones más cerca de ritmos
latinos “Bonus Trap” de hace tan solo unos meses; Cazzu firma su repertorio más
sensual, meloso, melódico y cadencioso en esta “Una niña inútil”. Un álbum más
cerca del registro de artistas del perfil de Kali Uchis, Nicki Nicole, Sabrina
Claudio o Ama Lou que de sus otrora compañeros de circuito, como Duki, Khea o
Neo Pistea. Basculando entre el r&b, los ritmos 808, el neosoul o el pop
negro más sexy y sinuoso.
Así lo demuestran colaboraciones con su compatriota Chita
(una de las referentes del r&b argentino actual) o con el mentado artista
canario Choclock. Pero no es en las colaboraciones, sino en “Miedo” o “Canción
de la mujer astuta” donde Cazzu demuestra que, se acerque al registro que se
acerque, es capaz de ser la mejor en el ámbito que decida.
Alan Queipo