No hay mejor lugar en el que podamos estar que en la presencia de Dios. Moisés y Josué lo sabían, e hicieron todo lo posible por estar cerca de Él. Hoy, mediante Jesucristo, nosotros también podemos experimentar esa cercanía.
No hay mejor lugar en el que podamos estar que en la presencia de Dios. Moisés y Josué lo sabían, e hicieron todo lo posible por estar cerca de Él. Hoy, mediante Jesucristo, nosotros también podemos experimentar esa cercanía.