Escuchar
el disco de regreso de Chacho Brodas ¡tras ocho años en silencio! durante estas
Navidades tan raras produce las mismas sensaciones tranquilizadoras y
energizantes que volver a ver clásicos imperecederos del cine como ‘¡Qué bello
es vivir!’, ‘Solo en casa’ o ‘La jungla de cristal’. El proyecto del
productor Griffi nos regresa a otra época y lo logra además con un buen puñado
de canciones que no podían sonar más actuales.
Figura
de culto del rap en español como maestro de los botoncitos de gran parte de la
aristocracia del circuito
(Tote King, Mala Rodríguez, Shotta, Mucho Muchacho), miembro de los extintos
Sólo los Solo (uno de los nombres más reivindicados por los puristas del
género) y mente inquieta siempre un pasito por delante de las tendencias, el de
Tarrasa (Barcelona) regresa consciente de que sin él la ruptura generacional
que ha protagonizado la música urbana durante los últimos años no hubiera sido
posible.
Mucho
antes de que los chavales de
los barrios marginados de Sevilla reivindicaran el flamenco urbano,
antes de la explosión de figuras como Rosalía, muchísimo antes de la
popularización del trap entre la juventud que habla en español, Chacho
Brodas ya reventaba los muros que enjaulan el hip hop con unas bases de
procedencia marciana, que le tiraban al funk del rap estadounidense y a las
atmósferas cósmicas de la música negra.
Sin
pretenderlo, este disco es una panorámica de los nuevos caminos alternativos
por los que se está bifurcando el género hacia el futuro: el trap con quejío
de ‘Jhonny drama’, el flamenco desde el barrio de ‘Awita’, el reggaetón funky
de ‘Easy’, el jazz deconstruido de ‘Outros mundos’, el grime gitano en ‘El Mago
Polvo’… Una masacre rítmica acompañado como es habitual de un colectivo
mutante de aliados: Duddi Wallace, Pepe:Vizio, Vinnie Dollar, Limabeatz, Mr.
NiK… ¡Chacho Brodas ha vuelto a la fiesta!
José Fajardo