Una de las bases de los estudios científicos es que los resultados obtenidos puedan ser reproducidos por otros científicos. Otra es que la hipótesis se base en conocimientos científicos demostrados por estudios previos. Si estos pasos fallan, los resultados no serán fiables. El problema, ahora, llega de la mano de la inteligencia artificial, más precisamente desde la famosa (por diversos motivos) ChatGPT: sería capaz de crear información falsa para apoyar estudios científicos.